Mensaje de Francisco al encuentro de Ávila
El Papa anima a los jóvenes españoles a «crecer y dar testimonio» «En tiempos recios, amigos fuertes de Dios»
Al comienzo de la Eucaristía de clausura del Encuentro Europeo de Jóvenes de Ávila, el portavoz de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo, leyó un mensaje del Papa Francisco para los participantes, a los que animó a «crecer, profundizar y dar testimonio de su fe y de su amor a la Iglesia» a ejemplo de Santa Teresa.
«El Santo Padre les anima a no conformarse con una vida mediocre y sin aspiraciones y a esforzarse en cambio para crecer en una profunda vida de amistad con Cristo», subraya el mensaje, firmado por el secretario de Estado, Pietro Parolin.
Mensaje de Su Santidad el Papa Francisco
Vaticano, 6 de agosto de 2015
Señor Cardenal Ricardo Blázquez Pérez
Arzobispo de Valladolid
Presidente de la Conferencia Episcopal Española
El Papa Francisco saluda cordialmente a los organizadores y participantes en el Encuentro Europeo de Jóvenes, que se celebra en Ávila, para crecer, profundizar y dar testimonio de su fe y de su amor a la Iglesia, siguiendo el ejemplo y la enseñanza de Santa Teresa de Jesús, en el V Centenario de su nacimiento.
La expresión de Santa Teresa, «en tiempos recios, amigos fuertes de Dios», tiene una resonancia especial cuando se dirige a los jóvenes y a su anhelo de verdad, bondad y belleza. Por eso, el Santo Padre les anima a no conformarse con una vida mediocre y sin aspiraciones y a esforzarse en cambio para crecer en una profunda vida de amistad con Cristo, a tomar cada día más conciencia del don inmenso recibido en el bautismo y la confirmación, que nos impulsa a llevar el amor de Cristo a nuestros semejantes.
Su Santidad, al recordarles la necesidad de crecer siempre en el amor a la Iglesia y a los hermanos, les ruega que recen por él, a la vez que, con afecto, los encomienda a la protección de la Virgen María y les imparte de corazón la implorada bendición apostólica.
Cardenal Pietro Parolin Secretario de Estado de Su Santidad
LAS SIERVAS DE MARÍA «AMIGAS FUERTES DE DIOS» EN ÁVILA Un grupo de nuestras Hermanas de las diferentes Provincias de España, participan en este festivo, espiritual y vocacional encuentro de la juventud. Ojalá que su entusiasmo, sus convicciones profundas de la alegría y el valor de una vida consagrada a Dios y al prójimo enfermo, cale hondo y toque suave, pero seriamente, el corazón de nuestros jóvenes buscadores del sentido real, digno y evangélico de la vida, la existencia.
TESTIMONIO DE SOR ANA ROSA
En tiempos recios, amigos fuertes de Dios, me repetía a mí misma constantemente 
mientras preparaba y me preparaba para este acontecimiento. No resultó fácil, no era sencillo, pero había que agarrarse a la Voluntad de Dios y Él lo haría todo.Es bonito saber compartir las experiencias positivas y que nos hacer crecer. Es bonito porque ayudan a crear fraternidad, nos ayudan a conocernos mejor y a valorar lo que tenemos y lo que somos. Encabezo este testimonio con el lema de la semana Europea de Juventud en Ávila, porque la he hecho mía. Santa Teresa de Jesús fue una rebelde en su momento, una inconformista, no se acomodó y, desde la propia clausura, fue capaz de remover los cimientos de la sociedad y de la Iglesia en aquel momento, y ahora la de tantos jóvenes que participaron en el Encuentro; entre ellos estaba yo.
Lo primero que había que preparar era el corazón, y así fui dialogando con Madre Soledad sobre los proyectos e ilusiones que esto suponía para mí. Nos hicimos amigas de santa Teresa, Madre Soledad y yo, nos pusimos a trabajar en equipo las tres y así logramos salir como andariegas para vivir aquel tumultuoso encuentro juvenil. Lo que nos llevó a Ávila a Sor Rosario Velázquez y a mí fue principalmente participar en la feria Vocacional que Cónfer nacional había organizado y con el envío que Madre Provincial Encarnación Rodríguez nos confió salimos dispuestas a darlo todo, a darnos del todo. Fue un trabajo arduo el saber estar ahí, compartiendo el gozo y la alegría de la Vocación con miles y miles de jóvenes que visitaron la feria Vocacional. Hablar tantas veces de lo mismo, me ha ayudado a asimilar y amar más el Carisma que cada día parece nuevo; me ha enseñado a saber sorprenderme de lo que Dios hace en y por medio de nosotras; me ha enriquecido con la presencia de tantos jóvenes: chicos y chicas que tratamos y conocimos.
Esta experiencia me ha enseñado que no se puede catalogar a los jóvenes por igual, porque ellos encierran valores y tesoros que hay que explotar y que hay que descubrir, pero sobre todo, hay que ayudarles a descubrir en ellos mismos esos potenciales relacionados con Dios que aun llevan ocultos.Para mí, personalmente fue una experiencia fuerte cada acto, cada actividad, cada paso que dimos por Ávila y compartir con nuestras hermanas de la Comunidad Abulense que no escatimaron esfuerzos ni detalles para atendernos.
¡Imposible describir todo con detalle! Fue maravilloso el acercarnos al Sacramento de la reconciliación como peregrinas. Hay muchísimo detalles: la alegría de la Vigilia o de la Misa de clausura. Sin duda, el momento de la Vigilia, ese momento de oración, de silencio sepulcral en el Lienzo Norte, con todo el jaleo que podía haber fuera de nosotros mismos y que allí no se escuchaba ni un solo ruido… Todo el mundo en oración, delante del Santísimo, lo que me recordaba a aquel momento de la JMJ en Madrid. Ha habido muchos momentos donde yo pude emocionarme, pero sobre todo el ver que, cuando vienen las dificultades, la juventud responde de una manera maravillosa. Por eso el lema: En tiempos recios, amigos fuertes de Dios.
¿Dónde he visto allí más claramente el rostro de Jesús? En varias situaciones, lo vi en ese momento de oración y de silencio profundo, donde los jóvenes sabían en quién mirar y en quién confiar. En las confesiones, en las miradas agradecidas… Ha habido tantos gestos que querer decir solo uno es, realmente, complicado…
¿Qué puede aportar santa Teresa de Jesús a la juventud de hoy? Creo que los jóvenes de hoy y yo con ellos, tenemos que aprender que, con la fuerza y la gracia de Dios, en el momento en el que estamos y donde estamos que ser protagonistas, tenemos que ser capaces de dar lo mejor, de no conformarnos, de no caer en la comodidad y pensar que no necesitamos de nada ni de nadie, y de darnos cuenta de que dando, vamos a recibir muchísimo más. Y eso es lo que quiere el Señor: que demos lo mejor que tenemos y desde ahí, podremos transformar el mundo.
Decía San Juan Pablo II que se puede ser cristiano, moderno y profundamente fiel a Jesucristo…El Papa Francisco envió un mensaje de ánimo a los participantes del Encuentro Europeo de Jóvenes, donde les pedía que “no se conformasen con una vida mediocre y sin aspiraciones”. ¿Qué supuso este mensaje? Es un empujón grande, una palabra de ánimo. Saber que el Papa era consciente de que había un grupo importante de jóvenes que estaban uniéndose para orar juntos, para convivir unos días en torno a Santa Teresa, es una satisfacción grande y un apoyo para seguir trabajando, porque esto no es el trabajo de una sola, sino de muchas manos. Y, al mismo tiempo, el ver cómo los jóvenes valoraban que el Papa se hubiese acordado de ellos… Nos anima a seguir adelante al saber que el Papa, el pastor, va con nosotros, animándonos y alentándonos.
¿Merece la pena seguir gastando la vida por Cristo? ¡Claro que merece la pena!!!!!!! Termina todo esto y, a pesar de haberme cansado, merece la pena, porque recibes tanto que todo lo que has dado se ve multiplicado por la gracia de Dios, por cómo se muestra a través de los jóvenes, por medio de la gente que ha caminado contigo. La satisfacción que es llegar por la noche, hacer el examen de conciencia del día y estar cansada totalmente, y decir: he hecho lo que tenía que hacer porque Dios lo ha querido. Con nuestras debilidades, por supuesto, con nuestros tropiezos, pero intentando hacer siempre lo que Dios quiere; eso es una satisfacción muy grande que no hay dinero en este mundo que lo pueda pagar. Sobre todo cuando lo haces por Dios, por la Congregación, por los demás y que el pago de todo esto es tan inmenso que absolutamente todo merece la pena. Ver sonreír a la gente, sentir que están felices, que descubren la alegría, que empiezan a amar, a darse cuenta de que hay algo más dentro de sí que es Jesucristo… Ese proceso hasta al encuentro personal con Él, hasta que se dan cuenta que no pueden entender su vida sin Jesús, ser parte de ese proceso y ayudarles es la mayor satisfacción que uno puede tener en su vida.
Sólo queda en el corazón una gratitud inmensa a Dios por haberme concedido estos días de trabajo y de encuentro con El desde la Vida, Persona y Obra de Teresa de Jesús, amiga fuerte de Dios y me digo: si ella pudo ¿por qué yo no?
Sor Ana Rosa Contreras López 
S de M