Pastoral juvenil

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Magníficat

El Magníficat es el gran Cantico de María, es como el espejo de su alma. Ella expresa su inmensa alegría por lo que Dios ha hecho en su humilde esclava. Es, ante todo, un estallido de paz y de amor. Dios viene a llenar, no a vaciar. Por eso María se sabe llena de gracia, por eso profetiza que todos los siglos la llamaran bienaventurada porque ha sido mirada por Dios.

Nosotras Siervas de María, hemos sido miradas también por Dios, siendo transmisoras y portadoras de un carisma que mira por los pobres y los humildes: los enfermos.

Dios no podía dejar a su pequeño rebaño sin protección y le confía a santa María Soledad Torres Acosta el cuidado de los más desvalidos, sin hacer distinción de razas lenguas o condición social. Los pobres y humildes de los que habla María son los que sólo cuentan con Dios, son los que se refugian en él y en él ponen su esperanza.

Las Siervas de María imitamos a María, proclamando con la vida lo maravillosa que es nuestra misión al lado de los enfermos, recibiendo más de lo que damos y ayudándolos al encuentro con Dios en ese cuidado esmerado y gratuito que les brindamos preferentemente de noche y en sus domicilios particulares en donde la enfermedad y la soledad no les ha privado de nada.

Son los enfermos la imagen y la pupila de Dios, por eso los cuidados integrales que les damos, prestan especial atención a su bien físico y espiritual, procurando que ellos vean en nosotras la imagen de Dios que se acerca a ellos en forma de Ángel de la noche, como nos llama cariñosamente un conocido poeta: Ramón Molina.

Como María, nos sentimos privilegiadas y miradas por la ternura y el amor de Dios que se hace presente en el mundo del dolor y con el canto del Magníficat le pedimos a María que mire con especial solicitud a sus Siervas para que sigan haciendo el bien en esta Iglesia de Almería y para que no nos falten vocaciones que prolonguen en la Congregación el Carisma heredado de Santa María Soledad.

Ana Rosa Contreras

Amiga joven: tienes un espacio donde puedes acudir para compartir, dar y recibir todo lo que tu vida te brinda y posee: ardor,  fuerza, valor, fe esperanza y amor. Deseos y proyectos en bien de los hombres y mujeres que nuestra sociedad posee como 

riqueza humana e histórica, como obra bella y creadora de un Dios bondadoso y omnipotente. Si buscas llenar tu existencia de esa belleza que encierra el «ser para los demás», el «crear una sociedad justa, digna, constructora de vida y  valores», nos tienes abiertas a tus aportaciones, ingenio, ganas de transmitir las inquietudes que te impulsan a vivir a tope, sin caer en mediocridades,  jugar a medias tintas, ni mucho menos gastar tu enerme potencial joven en vanalidades.

Te iremos informando de nuestras actividades a las que quedas invitada y te pedimos nos sugieras algunas que te podrían interesar y como joven que eres, crees que a los demás jóvenes les puede atraeer e ilusionar. ¡Ánimo y ven a vernos, a contagiarnos de tu fe, de tus tesoros y tus ensueños!

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