«Manojos de Fidelidad»
¿Quién dice que no hay capacidad ni voluntad para lo permanente y duradero? Sólo la ignorancia sobre algunas existencias o estados de vida, puede permitirse tales afirmaciones. Lo cierto es que abundan los casos y ejemplos que demuestran lo contrario: ¡sesenta años, cincuenta y primeras andanzas
de vida consagrada al Señor y servicio al hermano!
Todo un » haz» de diarias y cotidianas semillas sembradas que van germinando y desgranando amor, lealtad, entrega desinteresada y gratuita. Hermanas que, desde una laboriosidad oculta y un quehacer humano normal, saben vivir en la alegría y generosiadad una Vocación de servicio: noches o días de asistencia al enfermo, bien en sus domicilios, bien en centros u hospitales. Allí, de caras a la acción y misión; en las comunidades, en fraterna convivencia, en responsabilidades caseras, en forjada espiritualidad o contemplativa oración.
Todo se entrelaza y todo fructifica construyendo el Reino, sembrando evangelio, lanzando semillas que fecunden la vida de frutos sazonados, buenos. En casi todas nuestras comunidades, se preparan para celebrar esta «fidelidad perseverante y gozosa; el amor duradero y eterno»: Bodas de Diamante, de Oro, Renovación de Votos.
Toda la Provincia, queridas Hermanas, estará con vosotras, en la cercanía o desde las más o menos lejanas ciudades que componen esta pequeña parcela congregacional, tan fecunda y soleada, tan alegre y contagiosamente comunicante. Con María, la Esclava Fiel, apoyamos y agradecemos vuestro «SÍ» diario, hoy cargado de un perseverante, gozoso y comprometido ¡Fiat».
¡ENHORABUENA! ¡GRACIAS! y ¡ADELANTE!