Bienvenido Santo Padre

19 Ago

Sor Belén González,

SIERVA DE MARÍA

DA LA BIENVENIDA AL SANTO PADRE,

en nombre de todas las Religiosas, en el Escorial

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Querido Santo Padre:

Me llamo Belén y soy Sierva de María, dedicada a la atención de los enfermos en sus domicilios. En nombre de todas las religiosas aquí presentes, de vidacontemplativa y activa, le damos la más cordial y gozosa bienvenida. ¡Gracias Santo Padre por este encuentro con nosotras, muchas gracias!

Sabemos, Santidad, lo mucho que estima a la vida consagrada como expresión visible de la santidad de la Iglesia. La Iglesia es santa por estar unida a Cristo y porque en su seno florece la santidad como en un maravilloso jardín de diferentes flores. Cuantas estamos aquí queremos ser santas y, aunque sabemos que el camino no es fácil, confiamos en la gracia de Cristo, en la comunión de la Iglesia y en el magisterio de Su Santidad, que nos estimula constantemente a ello. También nosotras queremos ofrecer a la Iglesia y al Vicario de Cristo nuestra oración, nuestros sacrificios y nuestra total entrega a Cristo, a quien nos hemos consagrado como esposas.

Sabemos, Santidad, que la cruz que Dios ha puesto sobre sus hombros es muy pesada.Queremos decirle que no la lleva solo, cuente con nosotras, que, en el silencio del claustro o en la actividad con que servimos a la Iglesia, le ayudamos con nuestra sencillez y pobreza, y con la fuerza que recibimos de Cristo. Pedimos al Señor que le bendiga y sostenga, le consuele y fortaleza y le llene de la alegría y la paz del Santo Espíritu para guiar a su Iglesia. ¡Gracias, Santo Padre y cuente siempre con nosotras!


link: http://www.youtube.com/watch?v=1U0Q-2Up2hU

BENEDICTO XVI A LAS RELIGIOSAS REUNIDAS EN EL ESCORIAL (jmj2011)

Queridas jóvenes religiosas:
Dentro de la Jornada Mundial de la Juventud que estamos celebrando en Madrid, es un gozo grande poder encontrarme con vosotras, que habéis consagrado vuestra juventud al Señor, y os doy las gracias por el amable saludo que me habéis dirigido. Agradezco al Señor Cardenal Arzobispo de Madrid que haya previsto este encuentro en un marco tan evocador como es el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Si su célebre Biblioteca custodia importantes ediciones de la Sagrada Escritura y de Reglas monásticas de varias familias religiosas, vuestra vida de fidelidad a la llamada recibida es también una preciosa manera de guardar la Palabra del Señor que resuena en vuestras formas de espiritualidad.

Queridas hermanas, cada carisma es una palabra evangélica que el Espíritu Santo recuerda a su Iglesia (cf. Jn 14, 26). No en vano, la Vida Consagrada «nace de la escucha de la Palabra de Dios y acoge el Evangelio como su norma de vida.
En este sentido, el vivir siguiendo a Cristo casto, pobre y obediente, se convierte en“exégesis” viva de la Palabra de Dios…
De ella ha brotado cada carisma y de ella quiere ser expresión cada regla, dando origen a itinerarios de vida cristiana marcados por la radicalidad evangélica» (Exh. apostólica Verbum Domini, 83).
La radicalidad evangélica es estar “arraigados y edificados en Cristo, y firmes en la fe” (cf. Col, 2,7), que en la Vida Consagrada significa ir a la raíz del amor a Jesucristo con un corazón indiviso, sin anteponer nada a ese amor (cf. San Benito, Regla, IV, 21), con una pertenencia esponsal como la han vivido los santos, al estilo de Rosa de Lima y Rafael Arnáiz, jóvenes patronos de esta Jornada Mundial de la Juventud. El encuentro personal con Cristo que nutre vuestra consagración debe testimoniarse con toda su fuerza transformadora en vuestras vidas; y cobra una especial relevancia hoy, cuando «se constata una especie de “eclipse de Dios”, una cierta amnesia, más aún, un verdadero rechazo del cristianismo y una negación del tesoro de la fe recibida, con el riesgo de perder aquello que más profundamente nos caracteriza» (Mensaje para la XXVI Jornada Mundial de la Juventud 2011, 1). Frente al relativismo y la mediocridad, surge la necesidad de esta radicalidad que testimonia la consagración como una pertenencia a Dios sumamente amado.
Dicha radicalidad evangélica de la Vida Consagrada se expresa en la comunión filial con la Iglesia, hogar de los hijos de Dios que Cristo ha edificado. La comunión con losPastores, que en nombre del Señor proponen el depósito de la fe recibido a través de los Apóstoles, del Magisterio de la Iglesia y de la tradición cristiana. La comunión con vuestra familia religiosa, custodiando su genuino patrimonio espiritual con gratitud, y apreciando también los otros carismas. La comunión con otros miembros de la Iglesiacomo los laicos, llamados a testimoniar desde su vocación específica el mismo evangelio del Señor.
Finalmente, la radicalidad evangélica se expresa en la misión que Dios ha querido confiaros. Desde la vida contemplativa que acoge en sus claustros la Palabra de Dios en silencio elocuente y adora su belleza en la soledad por Él habitada, hasta los diversos caminos de vida apostólica, en cuyos surcos germina la semilla evangélica en la educación de niños y jóvenes, el cuidado de los enfermos y ancianos, el acompañamiento de las familias, el compromiso a favor de la vida, el testimonio de la verdad, el anuncio de la paz y la caridad, la labor misionera y la nueva evangelización, y tantos otros campos del apostolado eclesial.
Queridas hermanas, este es el testimonio de la santidad a la que Dios os llama, siguiendo muy de cerca y sin condiciones a Jesucristo en la consagración, la comunión y la misión. La Iglesia necesita de vuestra fidelidad joven arraigada
y edificada en Cristo. Gracias por vuestro “sí” generoso, total y perpetuo a la llamada del Amado. Que la Virgen María sostenga y acompañe vuestra juventud consagrada,con el vivo deseo de que interpele, aliente e ilumine a todos los jóvenes.
Con estos sentimientos, pido a Dios que recompense copiosamente la generosa contribución de la Vida Consagrada
a esta Jornada Mundial de la Juventud
, y en su nombre os bendigo de todo corazón. Muchas gracias.

Una respuesta a «Bienvenido Santo Padre»

  1. que emoción me produjo al seguir por radio el encuentro con las religiosas y oir,que sor Belen era la interlocutora de las religiosas, prendí la televición en ewtn, y mi emoción me llevó hasta las lágrimas. bendito sea Dios, que vivan las siervas de maría.

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