¡Navidad! ¡Siempre navidad!
Cristo quiere venir a la catedral del silencio. Cristo debe nacer en la cuna de cada corazón. Haz de tu corazón una cuna donde Cristo pueda nacer de nuevo, siempre. Que sientas su presencia el día de Navidad y todos los días de tu vida.
¡Ábrete al maravilloso don de la Luz Y la Paz!
«Ha aparecido la bondad de Dios y su amor al hombre» (Tt 3,4) BONDAD traducida en “misericordia”. La del Sol que nace de lo alto, Jesús de Nazaret Encarnado:
- En tus ojos de mirada purificada, radiante y misericordiosa.
- En tus labios pronunciando palabras suaves, reconfortantes, “misericordes”.
- En tus oídos, atentos al gemido y al grito del desesperado y oprimido, con infinita “misericordia”.
- En tus manos samaritanas acariciando con gestos de delicada “misericordia” rostros humillados y malheridos.
- En tus pies firmes y seguros que acompañan “misericordiosamente”, la lentitud del peregrino sin horizonte ni posada.
- En tu corazón, latiendo al ritmo “misericordioso” del AMOR ante el anciano, niño, enfermo, refugiado.
Navidad somos:
Tú, yo, él, nosotros, si, misericordiosos como el Padre, nos metemos en la carne del
hermano necesitado, ofreciéndole el DON DE JESÚS ENCARNADO.
Siervas de María – Provincia de Andalucía