Con la ilusión, la generosidad y vigor juvenil de personas cautivadas por el Dios Fiel, el Dios Amor y Verdad; con el sincero y único interés de ser felices entregando sus vidas por una causa alta, no de mero altruismo ni voluntariado pasajero, nuestras Hermanas Lorevem e Irene, ratificaron ayer, en el hermoso día de la Inmaculada, su «SÍ» al Señor como consagradas Siervas de María. Con la certeza de que tiene sentido, de que vale la pena y de que la persona más se «dignifica» cuanto más se «consagra» al servicio gratuito y esmerado de aliviar, confortar y atender a quien vive la soledad, la enfermedad y el abandono, a veces de los que son sus seres más cercanos, ellas decididamente abren sus jóvenes fuerzas y sin reservas las ofrecen gratuita y libremente.
Como María, ¡Aquí estoy, Señor! Tenía hecho mi plan
y me propusiste colaborar en tu obra.
Como María, Aquí estoy, Señor!
Me venciste y me dejé vencer
Como María, Venga lo que venga
¡Aquí estoy, Señor! Venga lo que venga:
“Sí. Hágase”
Nuestra queridas Sor Irene y Lorevem:
Gracias! contamos vosotras para seguir perteneciendo al Señor
como Siervas de María, hijas de Madre Soledad.
Sevilla, 8 de diciembre, 2018