ALGUNAS CLAVES PARA VIVIR UNA CUARESMA

16 Feb

La Cuaresma es una llamada a volvernos hacia Dios: a convertirnos. Al dirigir esta mirada hacia ÉL, podemos sentir su bondad, su perdón, su Amor. No nos conformemos con aquel primer encuentro con el Señor es necesario profundizar en nuestro seguimiento y conocimiento de su mensaje. Se nos ofrece un tiempo de gracia que hemos de saber aprovechar. Salir de la rutina y hacer silencio nos ayudará a entrar en la cuaresma con un espíritu renovado.

Conocemos las prácticas más recomendadas por la Iglesia para este tiempo:

Ayuno: El ayuno nos ayuda a experimentar nuestra debilidad al tiempo que nos dispone para descubrir lo que verdaderamente nos es necesario.

Abstinencia: No comer carne el miércoles de ceniza ni los viernes de Cuaresma. Algunas personas extienden la abstinencia a otras cosas: no ver televisión, no fumar, no usar Internet, evitar tomar café o postre…

Oración: La Iglesia también nos exhorta a dedicar más tiempo al diálogo con Dios. A escuchar lo que Él nos dice y a responderle. San Agustín enseña que la oración engrandece el deseo de nuestra alma y que es bueno, además de dedicar momentos precisos a la oración, recitar jaculatorias.

–Limosna: Compartir nuestros bienes con el necesitado es también una práctica penitencial enseñada por la Iglesia, que nos pide intensificarla durante este tiempo.

Mortificación: Nos une a la pasión de Jesucristo, nos solidariza con las personas que sufren en el mundo.

Ejercicio del “Viacrucis”: La práctica del Viacrucis, se recomienda contemplar asiduamente la pasión de Cristo para encendernos en su amor.

Tiempo de desierto. El silencio, la soledad son necesarios para el trato con Dios y el conocimiento de nuestra alma.

Ejercicios de humildad y agradecimiento: Que nos llevan a tomar mayor conciencia de nuestra condición frágil y limitada de creaturas y de la gran misericordia de Dios para con nosotros.

Iniciemos “la escalada cuaresmal” con la mirada fija en Jesús. Dios se ha rebajado para elevarnos. Rebajemos nuestro orgullo para que dar paso a la luz de Cristo en la Pascua.

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