Triduo a San José – 16-17 y 18 de marzo

16 Mar

INTRODUCCIÓN: 

San José, llamado a ser custodio del Hijo de Dios, es figura paternal en la iglesia y en cada familia cristiana.

No podemos dejar de lado su maravillosa participación en el misterio de la Redención. La misión encomendada, no ha sido un llamado fácil de emprender, pero por su gran entrega, dio todo de él para cumplir fielmente la voluntad del Padre.

Compartimos con alegría este breve triduo que nos presenta la confianza, el servicio y la disponibilidad de este sato varón que no deja de escuchar a quienes se encomiendan a su cuidado.

Valoremos en esta reflexión el encontrar su identidad en el ámbito del designio, que tiene su fundamento en el Misterio de la Encarnación.

Tres aspectos hemos de tener en cuenta, en la figura de San José, y son para nuestros días, un signo importante para vivir la fe, la esperanza y el amor.

ORACIÓN A SAN JOSÉ

Glorioso San José, casto esposo de la Virgen María; intercede para obtenerme el don de la pureza.

Tú que a pesar de tus inseguridades personales, supiste aceptar dócilmente el Plan de Dios tan pronto supiste de él, ayúdame a tener esa misma actitud para responder siempre y en todo lugar a lo que el Señor me pida.

Varón prudente, que no te apegas a las seguridades humanas, sino que siempre estuviste abierto a responder a lo inesperado, obtenme el auxilio del divino Espíritu para que viva yo también en prudente desasimiento de las seguridades terrenales.

Modelo de celo, de trabajo constante, de fidelidad silenciosa, de paternal solicitud, obtenme esas bendiciones para que pueda crecer cada día más en ellas y así asemejarme, día a día, al modelo de la plena humanidad: que es nuestro Señor Jesús. Amén

Día 1°: “La Llamada”

Dios amó a José y lo predestinó a vivir cerca de Jesús y de María, en el silencio y la discreción de una vida; quien permitió momentos de incertidumbre ante el misterio divino, nada comprensible.

 “José, hijo de David, no temas tomar contigo a María, tu mujer porque lo que sido engendrado en ella es obra del Espíritu Santo, dará a luz un Hijo y le pondrás por nombre Jesús”.  (Mt. 1, 20ss)

Encontramos aquí el núcleo central de estas verdades bíblicas sobre San José, el momento de su existencia, y la llamada que Dios le hacía.

A ti te pedía la perfecta virginidad en la que te constituía “padre del Redentor”, ocultándote en un apacible silencio. Te abandonabas a su providencia dejando todas tus seguridades y abordando un santo desprendimiento. Te encontrabas ante un hecho humanamente inexplicable, real ante tu mirada, pero oscuro a la razón y al pensamiento.

Dios te hablo en lo más íntimo de tu alma, dejándote paz y tranquilidad.

 Peticiones. (Se pueden agregar otras)

•          Te pedimos glorioso San José, que nos ayudes a experimentar el silencio y el abandono de la misma manera en que te entregaste al servicio de Dios confiando en su providencia.

•          Te pedimos que nos enseñes a vivir en constante amor para con Jesús y María, quienes sintieron tu protección paterna.

•          Alcánzanos la gracia de ser verdaderos observadores de las leyes divinas para poder cumplirlas fielmente.

•          Pide para nosotros una auténtica vida cristiana cimentada en la práctica de las virtudes.

Padre Nuestro… Ave María… Gloria.

Oración ¡Oh Dios, que con inefable providencia te dignaste elegir a San José para esposo de tu Santísima. Madre, te rogamos nos concedas tenerle como protector y guía aquí en la tierra!

Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Día  2°  “José: el varón justo”

“Fue Dios quien te abrió las puertas del corazón para aceptar su voluntad, y aprovechar su paso por tu vida. Durante su vida, José permaneció fiel a la llamada de Dios hasta el final”.

“José, como era varón justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto… Despertado José del sueño, hizo como el Ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer.» (Mt. 1, 19-20, 24).

San José es llamado el «Santo del silencio» No conocemos palabras expresadas por él, tan solo conocemos sus obras, sus actos de fe, amor y de protección como padre responsable del bienestar de María su esposa y de su Hijo. José fue «santo» desde antes de los desposorios. Un «escogido» de Dios. Desde el principio recibió la gracia de discernir y aceptar los mandatos del Señor.

Experimentó en su vida la suave mirada del Padre celestial, que lo bendecía y auxiliaba en su delicada misión. El silencio que brotaba de tu corazón, te dejaba en profunda adoración: eras para Cristo, la sombra luminosa de su Padre celestial.”

Peticiones. (Se puede agregar otras)

•          Te pedimos glorioso San José que nos alcances de Dios la gracia de poder valorar los bienes recibidos y conocer a Cristo como tú, en el silencio y trabajo de cada día.

•          Te pedimos que nuestras comunidades y hogares sean fiel reflejo de la familia que Dios te encomendó.

•          Que podamos actuar y cumplir con fiel y generosa disponibilidad la misión que Dios nos tiene encomendada.

•          Que nuestra vida de Siervas de María sea parábola de la misericordia, la bondad y la sanación, practicando las virtudes con que Dios te adornó.

Padre Nuestro… Ave María… Gloria.

Oración ¡Oh Dios, que con inefable providencia te dignaste elegir a San José para esposo de tu Santísima. Madre, te rogamos nos concedas tenerle como protector y guía aquí en la tierra!

Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.    Amén.

Día 3°: “Primado de la vida interior”

José se encuentra envuelto, por el mismo clima de silencio, en una constante y profunda contemplación del misterio de Dios. Un silencio que deja al descubierto su perfil interior.

El sacrificio total que José hizo de toda su existencia a las exigencias de la venida del Mesías a su propia casa, a su vida, encuentra una razón adecuada en su insondable vida interior, de donde surgen la lógica y la fortaleza propias de las almas sencillas y limpias para las grandes decisiones.

Esta sumisión a Dios, que es su entera disponibilidad de ánimo para dedicarse a las cosas que se refieren a su servicio, no es otra cosa que el ejercicio de la devoción. La comunión de vida entre José y Jesús, nos lleva a considerar el misterio de la encarnación bajo el aspecto de la “Humanidad” de Cristo, instrumento eficaz de la divinidad en orden a la santificación de los hombres.

Puesto que el amor paterno de San José no puede dejar de influir en el amor filial de Jesús. Así, las almas sensibles a los impulsos del amor divino, ven con razón en San José, un claro ejemplo de Vida interior.

Momento de reflexión. 

Peticiones. (Se puede agregar otras)

•          Te pedimos glorioso San José que, como Siervas de María, seamos verdaderas contemplativas sabiendo descubrir el misterio de Dios, para vivir en continuo discernimiento de entrega y servicio.

•          Te pedimos que despiertes en la sociedad, jóvenes creyentes que vivan en constate búsqueda del querer de Dios en sus vidas para conocer sus designios y entregarse a Él en la vida consagrada o sacerdotal.

•          Alcánzanos a todas las Siervas de María la gracia de ser para nuestros hermanos manifestación de la bondad y la ternura que Dios nos regala y que ellos necesitan.

Padre Nuestro… Ave María… Gloria.

Oración ¡Oh Dios, que con inefable providencia te dignaste elegir a San José para esposo de tu Stma. Madre, te rogamos nos concedas tenerle como protector aquí en la tierra!

Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.  Amén

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