“¡Levántate tú que duermes, y te iluminará Cristo!” nos anuncia la liturgia pascual. Podemos anunciar a cada persona con la que nos encontramos: ¡levántate tú que estás abatido, triste, desconcertado; tú que no encuentras sentido a la existencia, que te falta la esperanza sanadora, la alegría que dignifica y da sabor a la vida; sí tú, ¡levántate sal al encuentro del Resucitado! Él ha olvidado ya tu pasado, tus traiciones e infidelidades. Y quiere iniciar contigo un diálogo de amor de corazón a Corazón.
Cristo resucitado, concédeme descubrirte, para ser un instrumento de tu amor, a buscar las cosas de arriba y a gozar de tu presencia a lo largo del camino. Transfórmame, como a los primeros discípulos, en un apóstol convencido de tu resurrección, capaz de darlo todo por Ti, anunciando que estás VIVO y que tu Resurrección es la certeza más poderosa que hace a las personas felices, valientes, testigos de la Verdad y capaces del amor hecho servicio, donación y gratuidad.
¡ALELUYA! CRISTO HA RESUCITADO Y POR AMOR ESTA VIVO