Es un afortunado acontecimiento para acercarnos con más avidez a la fuente limpia y tonificante donde alimentar el espíritu y la comunión de las que tenemos la dicha de formar esta gran familia fraterna, carismática y apostólica. Que la oportunidad de «hacer memoria» de tan inspirador libro «saturado de espíritu evangélico» contribuya a una estima honda que refuerce los lazos familiares que nos ayuden a caminar con agilidad y firmeza en el seguimiento gozoso del Señor a Quien seguimos, servimos y contemplamos en tantos rostros dolientes y amables.
