La Congregación es una cosa muy grande y no morirá

13 Ago

Fieles y confiadas en estas palabras proféticas de nuestra Madre y Fundadora, hemos honrado con sincero amor de hijas en este novenario a nuestra Madre la Virgen de la Asunción. Ellas están en el origen de nuestra existencia como Siervas de María ministras de los enfermos.

Ellas nos sostienen, nos guían y hacen fecundar aquel «granito de mostaza» al que nos comparaba con su humildad singular, la que sería luz, remo y maestra práctica e paciente: Santa María Soledad. Aquel 15 de agosto de 1851, se encendieron estrellas en la noche del dolor, se abrieron puertas infranqueables y nacieron proyectos nunca antes impensables. Allí, en el barrio castizo del centro de España, en Madrid, el Espíritu Santo primero muy silenciosa y discretamente, tuvo un cauce por donde soplar y descubrir el campo descuidado y no soñado de la salud doméstica, social y enteramente evangélica: Las sIervas de María, irían a esas casas silenciosas y olvidadas de una sociedad aburguesada sin saber llegar a los rincones más insólitos e insopechados donde la enfermedad se ignora y se oculta por falta de humanidad.

Siervas de María, a tus 172 años de historia, reaviva la llama, el carisma, la búsqueda de seres humanos que te esperan, que te ignoran pero que con tu presencia y esmerado servicio de amor y gratuidad, elevan sus ojos a lo divino porque les envuelve tu universal humanidad .

FELICIDADES Y A REVITALIZAR ESTA CONGREGACIÓN QUE «NO MORIRÁ»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *