Novena: Día 7

NOVENA A NUESTRA SEÑORA DE LA SALUD

7º- Día: María, mujer orante

Saludo: A todos los aquí reunidos en nombre de Dios Padre y de Jesucristo para honrar a nuestra Madre de la Salud, nos conceda el Señor gracia y paz. Amén.

Canto: Antes que el mundo hiciera…

Reflexión: María ocupa en la vida y en la oración de los creyentes, un puesto importante, viendo en Ella nuestra Madre y modelo, a quien queremos imitar y a quien recurrimos en cualquier necesidad.
Así como María, en el Rostro amado de su Hijo supo contemplar a toda la humanidad, y en su cuerpo maltrecho y desfigurado en la Cruz, supo acoger a todos sus hijos golpeados por el dolor, así nosotros –recorriendo el camino inverso-, estamos llamados a descubrir, en cada ser humano que entra en contacto con nosotros, el Rostro de Cristo, y en cada enfermo, adorar la presencia misteriosa del Crucificado.

Mirando a María aprendemos a trascender las apariencias, dando sentido, desde una fe viva, al mayor de los misterios humanos: el sufrimiento, sirviendo a los más pobres de los pobres –los enfermos-, como si del mismo Cristo se tratara.

María, Si yo me olvido de Ti, Tú no te olvides de mí.
Si me alejo de tu regazo, Tú no te alejes de mí.
Si me despisto y no te rezo, no dejes de hablarme.

María, si me enfrío, llévame a tu encuentro
si me aparto, rescátame
si dudo, hazme reflexiva
si tropiezo, levántame.

María, haz que nunca olvide
que tu grandeza y tu belleza
fue el dejarte moldear por Dios.

Acudamos a María llenos de confianza:

Madre de la Salud, llenos de confianza de hijos te exponemos todas nuestras necesidades, seguros de que las remediarás.

  • Para que por tu medio obtenga la Iglesia todas las gracias que necesita para cumplir su misión llevando el Evangelio a todos los hombres. Oh María salud de los enfermos… Ave María.
  • Por todos los aquí presentes, por cuantos que han pedido nuestras oraciones, por los bienhechores de la comunidad vivos o difuntos. Oh María salud de los enfermos… Ave María.
  • Por todos los que sufren tribulaciones y angustias, y de modo especial por los enfermos, Madre de la Salud, míralos con ojos de bondad. Oh María salud de los enfermos… Ave María.

Oración final:
Tu, que del triste mortal
eres salud y esperanza
de tu Hijo, Virgen, alcanza
la curación de mi mal.
Y si este bien temporal
no conviene al alma mía
dame paciencia, oh María,
hasta que llegue el momento
en que, de males exento,
goce la eterna alegría.
Amén