Tiempo fecundo, hermoso y esperanzador. Tiempo de expectación, de salida y encuentro hacia Alguien que nos busca, nos visita y pone su tienda de campaña entre nosotros, esta humanidad hambrienta, desconcertada con frío y herida pero anhelante de UN SALVADOR que la libere, la sane y dignifique su ser desvalido, a veces roto y sin rumbo cierto, claro.
¡Ven, Señor Jesús! Te necesitamos, te daremos acogida, te sentirás carne de nuestra carne y tu presencia alentará nuestras esperanzas, nuestros sueños, nuestra búsqueda incesante de AMOR, LIBERTAD, SEGURIDAD.