JORNADA MUNDIAL DE LA VIDA CONSAGRADA

1 Feb

CAMINANDO JUNTAS/JUNTOS

Acogiendo la invitación del papa Francisco para la XXVI Jornada de la vida consagrada que lleva por lema: «La vida consagrada, caminando juntos», no podemos sino volver nuestra mirada al mismo Jesús que se proclamó «camino, verdad y vida». Los consagrados somos «buscadores y testigos apasionados de Dios» [4] en el camino de la historia y en la entraña de la humanidad.

Caminar juntos para una persona consagrada es:

  • un ejercicio de necesidad y una experiencia de belleza
  • la invitación a caminar juntos supone hacerlo en cada una de las dimensiones fundamentales de la consagración, la escucha, la comunión y la misión
  • Caminar juntos en la consagración significa ser conscientes de la llamada recibida, la vocación compartida y la vida entregada. En el fondo, supone darse cuenta de que a Dios solo se le encuentra caminando
  • Caminar juntas es ser «Una Iglesia sinodal de la escucha, con la conciencia de que “escuchar es más que oír”». Agudizar el oído para escuchar al Espíritu, a los hermanos con los que se comparte la vida y a la humanidad herida con sus gozos y tristezas
  • Caminar juntos en la comunión como consagradas consagrados es ser «“expertos en comunión”, testigos y artífices de aquel “proyecto de comunión” que constituye la cima de la historia del hombre según Dios» y se extiende a toda la humanidad necesitada de restañar heridas y curar llagas.
  • Caminar juntos en la misión supone descubrir «la dulce y confortadora alegría de evangelizar» (EN, n. 80) y experimentar simultáneamente la alegría de creer y el gozo de comunicar el Evangelio en orden a animar la vida y la misión

     Hermanas y hermanos, la Iglesia nos invita a que mientras avanzamos en el camino sinodal, demos gracias a Dios por el don de nuestra vida consagrada que enriquece a la Iglesia con sus virtudes y carismas y le muestra al mundo el testimonio alegre de la entrega radical al Señor. Mientras seguimos siendo memoria Iesu y signo escatológico, las personas consagradas edificamos el Cuerpo de Cristo y somos testigos del reino en medio del mundo. De esta manera, soñando juntos, rezando juntos y participando juntos contribuyen decisivamente para que la Iglesia sinodal no sea un espejismo, sino un verdadero sueño que pueda hacerse realidad.

   (De la Conferencia Episcopal Española)

ORACIÓN

Estamos ante ti, Espíritu Santo, reunidos en tu nombre. Tú que eres nuestro verdadero consejero: ven a nosotros, apóyanos, entra en nuestros corazones. Enséñanos el camino, muéstranos cómo alcanzar la meta. Impide que perdamos el rumbo como personas débiles y pecadoras. No permitas que la ignorancia nos lleve por falsos caminos. Concédenos el don del discernimiento, para que no dejemos que nuestras acciones se guíen por prejuicios y falsas consideraciones. Condúcenos a la unidad en ti, para que no nos desviemos del camino de la verdad y la justicia, sino que en nuestro peregrinaje terrenal nos esforcemos por alcanzar la vida eterna. Esto te lo pedimos a ti, que obras en todo tiempo y lugar, en comunión con el Padre y el Hijo por los siglos de los siglos. Amén.

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