Estamos de enhorabuena:
Un 15 de Agosto, hace 160 años, nacimos; diría jubilosa de nuevo nuestra querida Madre Soledad. La Congregación, sigue anunciando al mundo y por el mundo, la «buena nueva de Dios»: ¡curad a los enfermos y decidles que el «Reino de Dios está cerca!
No sólo no queremos ser las últimas piedras que se desmoronen, en frase creyente y esperanzadora de una gigante de la fe; una Fundadora carismática, audaz y sencilla; profundamente humilde. No, no seremos las últimas; mantengamos la ilusión, la valentía; arriesguemos en la vida y por la vida. Seamos, creemos y cultivemos: cultura y calidad de vida.
Como el grano de mostaza, podremos ser árbol frondoso que ampare y cobije, que dé sombra y frescor al cansado peregrino, al desalentado y abandonado samaritano de nuestro siglo XXI. Siervas de María, recordemos: