NOVENA A NTRA.SRA. LA VIRGEN DE LA SALUD

7 May

El día 8 de Mayo llegó con aire festivo, fraterno y alegre como no podía ser de otra manera. Circule entre todas esa corriente carismática que nos distingue e identifique como Siervas de María Ministras de los enfermos. Buen ministerio dirigidas y apoyadas por nuestra Madre Salud de los Enfermos.

 

Qué recorrido tan ágil y alegre el que hemos hecho a lo largo de nueve días de la mano y bajo la protección de nuestra Madre y Señora de la Salud! Seguro la has sentido cerca, atenta, acogedora y transmisora de paz, confianza y enormes ganas de alabar con Ella a Dios. Son tantas las maravillas que nos van aconteciendo y que podemos compartir con las personas de nuestro entorno que, apetece seguir esta ruta. Al acercarnos al final de este peregrinaje, nos felicitamos y comprometemos a suplicar su valiosa intercesión; está dispuesta a concedernos las gracias que más glorifiquen a Dios en nuestras vidas. Por eso, despidamos esta novena entre la gratitud y la esperanza. Hemos compartido la fe, la solidaridad, la fraternidad. Cantemos, prolonguemos nuestro ¡ALELUYA! pascual y quedemos con esos deseos sinceros de: ¡ENHORABUENA Y FELIZ DÍA DE LA SALUD!


¡Gloria a ti, Reina y Señora
faro esplendente de eterna luz,
dulce esperanza de los enfermos,
Virgen bendita de la Salud!

María, Manantial de Salud: Sacia tu sed, riega tu sequía
alivia tu dolor y sana tus enfermedades.
¡Ven al manantial de mi Fuente que es Jesús, el Salvador
y tu vida quedará sana, rejuvenecida y santificada!
Que Ella, Salud de los enfermos,
te bendiga y haga saludable tu existencia
personal, familiar y social.
Son los sinceros deseos y súplicas
que, como Siervas de María, presentamos
a nuestra celestial Patrona y Madre.

 

 

 ORACIÓN A NTRA. SRA. DE LA SALUD

Señor, Tú eres nuestra Salud,

A ti acudimos, guiados por María,

Tu Madre y nuestra Madre.

Muéstranos, Señor, tu rostro,

para que podamos alegrarnos con la salvación

que gratuitamente nos ofreces.

Tú, que pasaste haciendo el bien

y curando a los oprimidos por el pecado,

pasa también a nuestro lado.

Tócanos con tu gracia,

confórtanos en nuestras enfermedades y sufrimientos

y concédenos el don de la salud.

Haz que aprendamos a buscarte,

a descubrirte en tu palabra y en tus sacramentos,

en los enfermos y en los que padecen.

Haz que aprendamos a amarte y a seguirte

como te amó y te siguió María,

nuestra señora de la Salud;

para que con Ella y con los ángeles y los santos

te alabemos por siempre.

A ti que con el padre y el Espíritu Santo,

eres Dios y vives y reinas, inmortal y glorioso,

por los siglos de los siglos.

Amén.

 

Oración completa del Papa a la Virgen del Divino Amor

Oh María,

Tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y esperanza. Nosotros nos encomendamos a Ti, salud de los enfermos, que ante la Cruz fuiste asociada al dolor de Jesús manteniendo firme tu fe.,

Tú, Salvación del Pueblo Romano, sabes lo que necesitamos y estamos seguros de que proveerás para que, como en Caná de Galilea, pueda regresar la alegría y la fiesta después de este momento de prueba.

¡Oh Virgen gloriosa y bendita!

 

 

Virgen de la Salud, escucha tú mi plegaria,

mira si mi camino se desvía,

condúceme a Jesús.

Madre para el consuelo, Madre para el que sufre,

esperanza de todos los pobres, fortaleza de los débiles.

Madre buena escúchanos, acoge nuestra oración,

sana nuestras heridas, Madre ten compasión.

 

    Oración

 

María, Madre del Salvador,

llena de gracia y de disponibilidad,

mujer creyente y sensible a

nuestros  sufrimientos.

 

Te invocamos como

Madre de la Salud

y modelo de servicio.

 

Ayúdanos a ser presencia

que acoge, escucha y acompaña;

palabra y silencio compartidos,

vehículo de ternura y esperanza,

signo de vida en la enfermedad,

amor que cuida, cura y conforta.

Amén.

 

Tu que del triste mortal,
eres salud y esperanza,
de tu Hijo, Virgen alcanza
la curación de mi mal,
y si este bien Temporal
no conviene al alma mía,
dame paciencia, ¡oh María!,
hasta que llegue el momento
en que de males exento
goce la Eterna Alegría.
Amén

Como cada año, las Siervas de María ministras de los enfermos, tenemos el gusto y la alegría de dedicar a nuestra Patrona, la Virgen de la Salud, nueve días de peregrinación con Ella, honrándola como Madre de Dios y nuestra, suplicando su favor y cercanía, su consuelo y alivio, la sanación de todas las enfermedades y debilidades que padecemos la humanidad siempre en fragilidad y herida en su cuerpo y en su espíritu. Le pediremos con total confianza: «Cura todos nuestros males, Oh Virgen de la Salud! 

Con esta seguridad, muy esperanzada en su valiosa protección, invitamos a quienes quieran y deseen compartir esta experiencia de amor filial a la Mujer más sencilla y sublime que Dios escogió para ser Su misma Madre. De Ella aprenderemos, además, el arte de amar, sonrreir, sufrir, comprender, aliviar y tantas otras formas de conseguir un mundo más fraterno, justo, feliz, saludable y capaz de aceptar a cada ser humano en su individualidad, peculiaridad y personalidad propias. 

Un hermoso recorrido que, con Madre Soledad y todas las Siervas de María que ya gozan en el cielo, nos lancen al testimonio creyente y samaritano de Siervas de María.

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