15 DE AGOSTO: ¡FELIZ 170 ANIVERSARIO DE LA CONGREGACIÓN!
Vuela, María, vuela Madre! Elévate sobre nuestra humanidad herida y enferma; derrama sobre ella tu gracia abundante y tu amor sanador. No te vas, Madre, te necesitamos. Apenas te alejas y lo haces con vuelo lento para no romper de pronto el fuerte lazo que te ha unido a las criaturas, tus hijas e hijos frágiles desde el nacimiento. No te vas, María, porque lo tuyo es «presencia, cercanía, estar»; atenta mirada a tus hijos necesitados. No te vas, Madre, apenas rasgas los cielos dejando abierta una rendija por donde cada una de nosotras de tus hijos todos, te seguiremos a ese lugar de paz, de bendición y gloria infinitas.
¡Gracias, Virgen Asunta, porque tu subida nos adelanta el encuentro, ese abrazo redentor con la Trinidad Santa, en dulce e íntima unión!
Bendice a tus Hijas y con Madre Soledad, sigue atenta con tus ojos misericordiosos nuestro peregrinar en la fe, el amor, la unión, la paz.
Podrá encontrar una breve oración para cada día de la novena seguidamente al anuncio e invitación.
A lo largo de nueve días, las Siervas de María, vamos a vivir muy en fraternidad y gratitud la espiritualidad mariana que, carismáticamente nos distingue, nos configura y transmite la singularidad de una familia que nace y crece en fecundidad e intentando también, hacerlo en santidad. Por qué no?, tenemos grandes motivos y desafíos para pretenderlo. Nacidas un 15 de Agosto de 1851, bajo el manto protector de la Virgen de la Asunción, de la mano y en la casa de una madrileña audaz, tenaz en llevar adelante la obra marcada por el Espíritu para ella y para una congregación humanitaria, samaritana y evangélica cien por cien, con la consigna: «estuve enfermo y me visitaste». Fieles, felices y arriesgadas, seguimos remando en una barquilla que alcanzará «puerto seguro», confiadas en la Roca firme que apunta el rumbo de esta zarandeada pero firme nave de las «Siervas de María, ministras de los enfermos»
Animamos e invitamos a quienes se sientan atraídos por esta propuesta de honrar a María, cantarle y suplicarle y agradecerle tantas inquietudes, necesidades, proyectos, etc. que en lo más íntimo podemos albergar cada persona, cada familia, toda la humanidad.
DÍA 1º – MARIA EN LA ANUNCIACIÓN Y VISITACIÓN
María recibe en sus entrañas al Hijo de Dios, diciendo “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. Y se pone en camino a prestar un servicio; llena de gozo y humildad entona un himno de alabanza: “Engrandece mi alma al Señor, y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador porque ha hecho en mi obras grandes”
REFLEXIÓN:
- ¿Estoy abierta para escuchar a Dios y pronta para prestar un servicio en la medida de mis fuerzas y posibilidades? ¿Sé agradecer todo lo que Dios me regala material y espiritualmente? ¿En qué centro mi voto de obediencia? María pasa desapercibida, no piensa en ella, su caridad es servicial ¿Cómo es la mía?
Aprendamos de María a estar siempre abiertas a la voluntad divina, para escuchar su voz, y alabar a nuestro Dios que está continuamente haciendo maravillas también en nosotras.
- Pídase la gracia que deseamos conseguir por intercesión de la Santísima Virgen en el Misterio de su Asunción
- Por la Congregación, que se prepara para el Capitulo General, para que, atenta a la voz de Dios siga con fidelidad el carisma que la Iglesia nos confía, saliendo como María, al encuentro del que sufre, enfermo y necesitado.
María, Madre de gracia, Madre de misericordia,
TODAS: defiéndenos del enemigo y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte.
ORACIÓN. Padre Santo, tú que quisiste que tu Hijo naciera de Santa María Virgen y llevaste la salvación y el gozo a la casa de Isabel, concédenos proclamar tu grandeza con la santidad de nuestras costumbres, y que vayamos gozosas al encuentro de los que sufren, proclamando la Palabra de salvación, para que reconozcan a Cristo como el salvador. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
